Adventure is out there!

A lo lejos veo el skyline de la ciudad de Auckland. Voy en el ferry, con la intención de lograr correr mis primeros 5 o 10k en la calle. Voy sola, armada con mi teléfono que tiene música para acompañarme y señal de internet por si me pierdo. Una charla de Marcelo suena en mis oídos y me recuerda que la aventura inicia donde acaba la zona de confort. Creo que ya antes corrí 7.5 Km pero en banda. En mi ciudad, no es fácil correr en la calle. Así que esta será mi primera oportunidad de hacerlo, y que mejor que en “the land under the land down under”.

Hablando de ubicación y aventuras, ayer me animé a nadar en las gélidas aguas de Cathedral Cove, la playa de ensueño donde llegan los niños en tren, en la segunda

película de Narnia. He caminado en bosques del Señor de los Anillos,

paseado de noche en puentes sobre árboles, me disfruté bajar en luge una montaña, vi miles de pájaros anidar en los riscos de una playa cuyo nombre no recuerdo,

y caminé por paisajes geotérmicos, con géiseres y aguas termales,

mientras aprendí un poco de la cultura Maori.

Quizá siempre fui aventurera de corazón, pero este tratamiento me ha recordado quién soy de verdad, y lo estoy disfrutando.