top of page

La última dieta (pero cuidado de por vida)

Disculpa que nuevamente te hable de Plusvida. Te aseguro que no recibo comisión alguna por hacerlo. Lo que pasa es que Plusvida es el vehículo que he utilizado para empezar a comprender las diferentes aristas que componen el sobrepeso, y cómo abordarlas. Es obvio que el sobrepeso no se debe a comer de más, sino a por qué comemos como comemos.



En este tratamiento, que es multidimensional, escuchamos charlas todos los días, conducidas por lo general por Marcelo Acsebrud. Leíste bien: todos los días, al menos una charla de una hora de duración. Esta charla es más importante que la comida. Es más, es prohibido hablar de comida. Allí se habla de cosas más importantes.

Hoy, por ejemplo, la charla fue para mí, y para otras pacientes que se encuentran muy cerca de alcanzar su rango de peso saludable, pero por un motivo u otro, no lo estamos logrando.

En mi caso, no es que haya abandonado el tratamiento. ¡Para nada! Escucho las charlas, hago el ejercicio como debo, tomo los líquidos y las vitaminas, respeto los horarios. Lo que sucede, es que desde octubre me encuentro dándome permisos de comer lo que no está en mi plan, por diferentes motivos: durante un viaje donde hay cosas que jamás probaría en otra parte, o es una ocasión muy especial así que creo que se vale comer lo que no tengo indicado. En fin, he estado en trata-y-miento, sin subir de peso pero bajando a cuentagotas, aunque en mi cabeza he decidido terminar lo que empecé, y que esto se acaba no donde digo yo, sino donde dice mi nutricionista. La cosa es que no hay modo de que acabe.

Sin embargo, ha habido momentos donde abandonar mi tratamiento parecía un alivio. Esos episodios no me duran mucho. No voy a abandonar… pero no logro apagar las distracciones y dirigirme cual misil a mi meta de peso.

Hoy descubrí que no estoy sola en esto. Otras personas pasan por lo mismo. Quizás porque el miedo a lo desconocido es grande (algunos pacientes jamás han sido delgados, así que la posibilidad de serlo los atemoriza). En mi caso, le tengo miedo a la talla que me tocaría usar porque ya he estado antes allí y nunca me ha durado mucho tiempo.

De cualquier manera, la charla me ayudó a reenfocarme.

Una compañera dijo hoy que dejó de escuchar las charlas porque tenía miedo. En este caso, el de ella es temor a desarrollar una nueva adicción: la adicción a las charlas. A eso se le suma que hay que enfrentar la realidad de aceptar que la gordura es lo que nos viene de forma natural. Quienes hemos lidiado con problemas de peso durante muchos años, estamos ensamblados de tal manera que si nos dejamos llevar por nuestra propia naturaleza, engordamos. Por eso, necesitamos aprender a desarrollar una nueva naturaleza, día a día, y las charlas son para ayudarnos a lograrlo.

No sé si como Plusvida, el nombre que le pongo a mi tendencia a engordar es “adicción”. Creo que prefiero llamarle “Condición”, porque he descubierto que tengo toda una serie de condicionamientos que me llevan a comer de más, si me descuido.

El slogan de Plusvida es que ésta será la última dieta que harás en tu vida… lo que no me dijeron el primer día, sino descubrí con el correr de las charlas, es que aunque termine de adelgazar, no es una bajada de peso mágica para poder volver a comer como comía antes. Si quiero mantener lo logrado, deberé cuidarme siempre, ir generando una nueva naturaleza. El servicio de Plusvida no es lo único que puede ayudarme a lograrlo, pero es muy práctico y muy confiable. Es un poco decepcionante que tendré que estar enchufada a una referencia externa de por vida, como lo hacen los alcohólicos. Las buenas noticias es que estoy segura que hacerlo me llevará a tener un buen año tras otro, porque lograr una nueva naturaleza no se refiera sólo a comer mejor, sino a vivir mejor. Y eso sí quiero hacerlo de por vida.

bottom of page