Parámetros claros, firmes, objetivos y desapasionados
¿Piernas muy gruesas? ¿Nalgas muy planas? ¿Brazos muy flacos? Quizás. Depende de la opinión de quien lo ve. Pero me guste o no me guste como me veo, estoy en mi peso saludable. Así se ve la salud por ahora. Quizás más adelante haga más músculo o tonifique ciertas partes, pero lo que veo a la izquierda es un cuerpo en su peso saludable: el mío.
Encontrarme en este momento me desató un montón de reflexiones y aprendizajes, y uno de ellos es que yo necesito parámetros claros, firmes, objetivos y desapasionados de qué significa para mí encontrarme en un estado corporal saludable por tres motivos: uno, no logro verme como de verdad estoy; dos, tengo una cabeza necia que me ha jugado en contra y tres, hasta ahora, mi voluntad siempre me trata con cariño y me permite comer de más.
Por eso, yo no puedo determinar si estoy saludable dependiendo de qué creo yo, o si me siento gorda, flaca, bonita o fea. Se trata de estar adentro de los parámetros que indican que lo estoy. Parámetros fríos, que no les importa si ese día quiero darme un permiso o si a mí me parece que no me veo suficiente flaca o que estoy demasiado gorda. La pesa y la ropa lo dicen. Para mí, el bienestar necesita un componente técnico, no subjetivo.
Estoy aprendiendo cómo se ve que yo esté saludable. Para cada quien esto es diferente dependiendo de sus características personales, pero la Organización Mundial de la Salud dicta cuál es índice de masa corporal y el porcentaje de grasa saludable para cada uno, dependiendo de su género y su edad. ( https://www.xlnuncamas.com/single-post/2017/08/30/Indicadores-importantes ).
Si lo pensamos bien, nos damos cuenta que el sobrepeso es el otro lado de la misma moneda que la los problemas que llevan a la anorexia: no logramos vernos como en realidad estamos. Quizás alguien que sufre anorexia siente, piensa o cree que no está suficientemente delgada cuando su cuerpo grita que tanta delgadez no es saludable. Alguien con sobrepeso u obesidad puede creer, pensar o sentir que así está bien, cuando todos sus análisis dicen lo contrario. En ambos casos la salud se encuentra comprometida y por eso, el juez del bienestar de nuestro cuerpo no podemos ser nosotros mismos o los demás que no son médicos o nutricionistas. Nuestros parámetros son nuestros índices fríos y objetivos.
En mi caso, sé cual es mi rango de +- 5 libras de peso en el cual debo moverme. Si estoy en el límite bajo, puedo permitirme probar algo nuevo y evaluar cómo me va tanto con el peso como en la compulsión que pueda desatar en mí. Si estoy en el límite alto, no hay nada extra hasta no llegar al límite bajo. No mando yo: manda la pesa. Por eso es necesario que me pese todos los días.
Con respecto a la comida, sé cuantas onzas de proteína, cuánta verdura, cuánta fruta y qué carbohidratos en unidades y en tazas me sirven para bajar de peso o mantener el que tengo. Ellas mandan. Hay otras cosas concretas que me ayudan a ver por dónde va mi cuidado: las fotos, mis pantalones, que ya mandé al sastre para que me queden como deben y me dirán cuando queden apretados o sueltos que la cosa no va por allí. Me da mucha ilusión quedarme del mismo tamaño el resto de mi vida y para lograrlo, tendré que valerme de mis parámetros, las técnicas y la disciplina aprendida cada uno de mis días y el siguiente también.