El feliz encuentro con la agenda
Hoy me senté a anotar en mi agenda las cosas por hacer el día de hoy. Volteé la página y vi que mayo empieza a la vuelta de la página. Y me invadió una sensación de paz, de serenidad y de entusiasmo. Hacía años que no se sentía así al ver la agenda. Siempre veía cosas por hacer, las cuales no me daban ilusión. O veía que el tiempo había pasado y no había logrado nada de lo que me había propuesto a principio de año.
¿Por qué sentí hoy paz, serenidad y entusiasmo al abrir mi agenda?
Quizás porque por primera vez en muchos años, estoy en un proyecto que sé que si hago bien lo que me toca, en las siguientes páginas habrán mejores resultados. La pesa poco a poco dice números más pequeños, la ropa, poco a poco va quedando más holgada. No tengo nada diferente qué hacer para seguir consiguiendo resultados positivos más que seguir en este cuidado que cada día conozco mejor: comer lo que debo, cuando debo, en las cantidades que debo. No comer entre comidas. Hacer ejercicio en la cantidad e intensidad que me fue instruido. Tomar la cantidad de agua y líquidos me el tratamiento exige. Moverme 10 mil pasos al día. Tomar mis medicinas y mis vitaminas. Contactar a mi equipo de apoyo todos los días y trabajar en mi crecimiento personal. Hacer de mi cuidado una prioridad.
Parte de lo que he aprendido es que es importante reconectarse con algún sueño que uno puso en el cajón del olvido, porque eso es muy energizante. Y aunque no lo crean, eso requiere valentía.
Hace muy poco que me he animado a soñar de nuevo y a perseguir algunos sueños que sólo dependen de mi misma. Y esos sueños aún no los he anotado en la agenda, pero sé exactamente cuando sucederán, así que tienen su espacio guardado.
Una vez escuché en un Ted Talk que la belleza es una sensación que se siente en el cuerpo. Cuando algo es bello, uno lo siente. Es decir, la belleza no se analiza, se siente físicamente. Y fue bello abrir mi agenda hoy.
PD: al terminar el día, compré un programa de traducción que había estado considerando por mucho tiempo. No lo había hecho porque comprarlo significaba que tendría que unirme a la era digital, aprender mucho y gastar mucho dinero que no sé si podré recuperar. Pero voy en pos de ser una mejor versión de mi, y en esa nueva versión, imagino que seré una profesional que trabaja y gana mucho dinero. Comprar el Trados era algo que necesitaba. (Ahora veo que parte de no cumplir mis sueños es el miedo de gastar mis pocos ahorros. Es como un gato mordiéndose la cola. No gasto porque no sé si podré recuperarlo. Pues ahora lo gasté y tendré que ver cómo lo recupero. Salir de mi zona de confort.)