top of page

En el cuento gana la tortuga

Justo cuando más quiero que la pesa me vaya mostrando números más pequeños, la condenada se traba, más necia que yo. Me ha pasado en varias ocasiones: cuando más pendiente estoy de que baje, menos lo hace. Sucede normalmente cuando estoy a punto de cambiar de decena, o cuando quiero llegar a algún punto que para mí es algún tipo de marcador. En este caso, estoy a dos libras de cambiar de decena, a 4 libras de poder decir que ya bajé 50 libras, pero no, la pesa no quiere colaborar.

Esto es frustrante y me demuestra que por mucho que he aprendido, el corazón es como es, y hace berrinche aunque la mente esté sentada en pose de meditación diciendo Om.

Ya lo sé: lo que procede en estos casos es tener paciencia y hacer las cosas bien. El cuerpo no puede bajar todos los días (aunque ya se va tardando tres o cuatro días sin darme buenas noticias). Si hago todo como debo, la recompensa vendrá tarde o temprano, pero ojalá sea pronto.

Ayer estuve pensando que este descenso va a paso de tortuga, pero al fin y al cabo, es mejor que a paso de cangrejo (que dicen que caminan para atrás), o que a paso de piedra, que no caminan para nada. Pero yo quisiera ir a paso de liebre.

Recuerda Jo, en el cuento gana la tortuga… sólo necesito llegar a la última página sin desbordes para comprobarlo.

bottom of page