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Con sercha de lujo


En Guatemala, un sercha es lo que en otros lados se llama percha. Es el gancho para colgar la ropa en el tubo del closet. Aclarado esto, procedamos…


Estos últimos días he tenido felices acontecimientos que celebrar, y me encontré pensando con frecuencia en qué ropa usaría en ese par de eventos. Finalmente no compré nada nuevo, y eso estuvo bien.

Estos días pensé con frecuencia en la teoría financiera del guardarropa que me explicó hace tiempo una sabia mujer:

“gasta más dinero en la ropa de diario, la que usarás muchas veces, y poco dinero en la ropa que usarás sólo una vez, o muy pocas veces, como los vestidos de fiesta”. Cuando me la dijo, me dejó pensando, porque generalmente lo hacemos al revés.

Considerándolo bien, llegué a la conclusión que ella tiene razón: la imagen que armamos de nosotros mismos, nuestro estilo personal, se construye con los atuendos de diario. Por eso vale la pena tratar de vernos bien a diario.

Si un vestido de fiesta la usamos una o pocas veces, y un par de jeans lo usamos al menos una vez por semana, quiere decir que luciremos esos jeans unas 52 veces al año, y el vestido 1 vez con suerte. Si ambas prendas costaron lo mismo, los jeans salen más baratos que el vestido, dividiendo el precio dentro de las veces de uso.

Pensando de esta forma, creo que todavía más importante que la ropa que nos ponemos es la persona que la luce. Por lo tanto, la pieza más útil es un cuerpo saludable, porque lo lucimos en cada ocasión, elegante o no. Lo lucimos de día, de noche, en el trabajo, en las vacaciones. Lo llevamos 24/7 todos los días del año. Por eso, más importante que la prenda que uses, es la sercha en la que la cuelgas todas y cada una de las prendas que compras: tú mismo.

Y si el cuerpo es la sercha, la pieza que es más importante lucir, creo yo, es una buena sonrisa. Puedes vestir ropa sencilla, pero la actitud dulce, serena o alegre irradia vibra positiva para todos. Cuando logras tu meta de estar en el peso adecuado y verte lo mejor posible, sonreír es más fácil.

Por eso, de ahora en adelante procuraré esforzarme por cuidar la figura que conseguí con tanto trabajo, y enfocar mi mirada en lo bueno de la vida, porque la belleza se encuentra en todo, si quieres verla, y luego, los ojos la irradian al mundo.

Cuidarme y ver lo bueno no siempre es fácil, pero son destrezas que creo que vale la pena aprender y practicar.

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