El plan Minerva
Hoy mis uñas están hermosas. Mi fluidez de italiano aumentó ayer al 40%. También leí 80 páginas de la novela y caminé 14,500 pasos. Limpié y ordené el cuarto de mi hijo y le hice una tarjeta de bienvenida, me hice amiga de un gato y ataqué algunos problemitas que me tenían intranquila, aparte de mis tareas diarias. Todo esto, para lograr mantenerme alejada de la cocina y cumplir mis primeras 24 horas de corte.
Llevaba 1 semana queriendo retomar mi forma de alimentación sin poder lograrlo. Siempre algo aparecía y terminaba metiéndome a la boca cosas que no debía... pero ayer caí en la cuenta de que, para mi, tener éxito no se trata de intentar dominar la dieta, sino de ser yo quien dé las órdenes en mi cabeza. Ser yo quien esté al mando. Y eso se logra pues... lográndolo a como sea. Entendí que el reto para mí no es lograr un día bien cuidado desde la mañana hasta la noche, sino conquistar cada momento del día, esquivando obstáculos visualizando a mi alter ego que se llama Minnie (por Minerva, la diosa de la sabiduría, las artes y la estrategia militar, patrona de los artesanos) y se mira así:
Ella me apareció en la cabeza un día que me imaginé a mi misma cual quarterback, esquivando con garra cada obstáculo para llegar a la meta, estando flaca, sexy y fit. Llegó a mi cabeza sin llamarla y ya que me sirve, es bienvenida. No se siento ni flaca, ni sexy ni fit, y jamas quisiera jugar en la LFT . Es más, no quieren que les diga todo lo que opino acerca de esa liga femenina...pero visualizar esa imagen me ayudó a agregarle sentido del humor a un día que pudo haber sido más difícil y a que, al menos ayer, pudiera hacer todo bien para regresar a mi peso. Llevo un día de corte. Faltan dos para retomar el control de mi nave.