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Afán de aventura


En ese bote iba yo hace tres años. Facebook acaba de recordármelo. Veo con alegría que mi espíritu aventurero no ha envejecido, aunque el cuerpo dice otra cosa: En tres años he coleccionado varios achaques que, más allá de quitarme las ganas, me resultan un nuevo reto para seguir haciendo las cosas que me gustan. Es interesante que estoy varias decenas de libras más delgada hoy que el día del rafting y, aunque hoy tengo un cuerpo más adecuado para vestirme de aventura, los tobillos, las rodillas, la espalda y las muñecas últimamente me incomodan. Dice una amiga que eso es un problema del alma.....naque :)

Las fotos tienen un valor grande para mi. Me muestran las cosas que me mueven y las que no.

Hace un tiempo escuché a un experto decir que la belleza se siente, no se ve. Cuando algo es bello para ti, tu cuerpo lo experimenta: te vibra el alma, te palpita el corazón, se dilatan tus pupilas. Y para mi, los viajes en familia y la aventura en buena compañía me parecen hermosos, me llenan el alma. La simple foto de recuerdo conectó con mi corazón y me muestra que en mi futuro, quiero poder seguir haciendo esto. Para lograrlo, voy a necesitar estar saludable corporal y financieramente y las cosas con mi familia van a tener que fluir en armonía. Es una pequeña flecha que marcará mi camino.

Marcelo, el fundador de Plusvida, dice que al terminar un proyecto, como el de bajar de peso, realmente no se llega al final. Eso sólo un mini-final porque la vida es un flujo constante. Terminamos algunas metas y encontramos otras que perseguir. Aclaro aquí que yo no he terminado el asunto del peso, pero es hora de empezar a vislumbrar la siguiente meta.

Poder estar en capacidad de viajar me parece un interesante proyecto: reparar los achaques, mantener el peso, aumentar la masa muscular, cuidar las finanzas, planificar el calendario alrededor de los feriados de quienes amo y por sobre todo, cuidar a mi compañero de vida y de aventuras para estar cada vez más jóvenes y con ganas de sacarle el jugo a la vida.

Con respecto al peso, ese es un trabajo que no se acaba nunca: cada día es una oportunidad de cuidarme o descuidarme, y la pesa seguirá siendo mi árbitro y mi brújula. La nueva cima por conquistar es mi propia cabeza.

Cambiaré mi idea de “Delgada, ¿para qué?” a “Saludable, ¿para qué?”. Esa es una meta mucho más amplia. Saludable para viajar en familia no será el único fin, pero es un buen faro en mi camino. Y a tí, ¿Qué te parece bello? Te invito a escuchar a tu cuerpo cuando te lo haga notar, para buscar oportunidades de conectar con las cosas que alimentan tu alma.

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