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Man, I feel like a woman!


A lo Shania Twain, salí con falda corta, tacones, maquillaje completo y cabellera al viento. Llevaba además una sonrisa franca, lista para abrazar la vida y disfrutar sin pena de llamar la atención. Salí en algunas fotos y mi sonrisa iluminó mi mirada.

Hago la reflexión porque justamente hoy estoy cumpliendo dos años de haber llegado a mi peso saludable. Es mi cumpleflaca como le dicen a este aniversario otras personas que han logrado como yo la hazaña trabajar su cuerpo, su mente y su alma para poder mostrar por fuera lo que son por dentro.

Este aniversario me motivó a ver qué he ganado en estos años de cuidarme:

Ahora, por ejemplo, me siento capaz de circular por la vida y disfrutar de ella sin estar acomplejada por mi tamaño, y puedo escuchar que le digan a mis hijas que se parecen a mí sin sentir pena por ellas. También veo que me he atrevido a cumplir algunos sueños, a volver a estudiar, a aprender todo lo que pueda y compartir con franqueza a través de este blog qué se siente animarse a decir ¡Basta! al peso de más y hacer algo al respecto.

Es importante para mí recordar lo que he logrado y cómo mi vida es mejor ahora, porque no todos los días me siento así. Con más frecuencia de lo que quisiera, mi mente vuela hacia la frustración de no estar justamente en el peso y las medidas que quisiera estar, a refunfuñar por que no me gusta hacer lo necesario para vivir en un cuerpo que me brinde mejores posibilidades de enfrentar la vida de forma responsable, saludable y feliz. Tiendo a ver lo difícil más que lo agradable y ciertamente reniego del eterno tema de tener que decirme que no a los antojos que mi mente creativa y necia me sugiere incansablemente, a hacer ejercicio sí o sí, a aferrarme a un plan de alimentación, a sentirme bicho raro entre tantas personas que aparentemente no se cuidan pero se mantienen de maravilla, a ir siempre en contra de mis tendencias naturales y ver que esto no se ha hecho más fácil para mi a pesar del tiempo que ha pasado.

Hoy es un buen momento para ver que muchas cosas han cambiado para bien en estos años cuidándome: ahora puedo escuchar a mi mente hacer berrinche y observarla como se ve las nubes en los cielos, sin juzgar lo que pienso o actuar al respecto. Me escucho con sentido del humor y me digo que comeré lo que quiero, pero todavía no. Cada día voy aprendiendo a ponerme en manos de gente que sabe de esto mejor que yo, y a tratar de confiar con humildad, cosa que no se me da fácilmente. Me muevo, camino, cuido mi alimentación y tomo mucha agua, intentando no exigirme demasiado. Me digo que no una, dos, cien veces al día. Me acompaño de gente que como yo, está en el mismo proceso. Salgo con refacción para evitar caer en tentaciones, vivo en la jugada, practicando no frustrarme con el número que me dice la pesa, cosa que tampoco logro siempre, pero consciente que vigilar mi peso y mi cuidado es algo que haré el resto de la vida.

Como ves, en estos años no conseguí la varita mágica, ni mi metabolismo cambió. Tampoco cambiaron mis tendencias naturales. Lo que sí ha cambiado es que he aceptado que cuidarme es algo que necesito hacer para poder vivir como me gusta, intento ser creativa para lograr ir disfrutando del proceso y no tomarme a mi misma tan en serio. Estoy en constante construcción y siempre quiero aprender más para poder vivir de forma más amistosa con la vida que tengo y acompañarte de mejor manera.

En realidad, cuidarme no es solo cuestión de vanidad – aunque acepto que lo es un poco- sino de ir trascendiendo mis limitaciones, abordar mis temas pendientes y comprender qué me está preguntando la vida y cómo responderle de forma coherente con quien yo soy. Es todo un reto y no siempre lo hago bien, pero lo hago.

Estoy aprendiendo a ser mi aliada, a mirarme con cariño y a animarme a hacer cada día las cosas un poquito mejor. Nada de esto es poca cosa y por eso, si sigues pensando que quieres decidirte a cuidarte, te animo a que lo hagas. Aún con todo lo que significa cuidarnos, la vida es más bonita cuando hacemos el trabajo de irnos convirtiendo en una mejor versión de nosotros mismos. Al menos lo ha sido para mi.


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